Un vino para este otoño: Mataperezosa 2019
Mataperezosa es nuestro único vino blanco, que elaboramos a partir de cepas de palomino y doña blanca que se encuentran mezcladas con las de tinto, por eso, no es un vino de parcela, pero sí de paraje.
Las viñas de las que procede tienen ya 90 años de media, y se encuentran en suelos muy pobres con material mineral como la arena, el cuarzo o la pizarra. La zona del páramo norte del Jamuz sufre mucho contraste de temperatura entre el día y la noche debido a que recibe mucho sol, pero también está muy expuesta a las frías corrientes de aire del Monte Teleno.
Esta es la segunda añada de Mataperezosa, 2019, un año que tuvo un invierno lluvioso y una primavera muy verde gracias a esas lluvias. En agosto y septiembre tuvimos temperaturas suaves que favorecieron una buena madurez; el final de vendimia, a diferencia de lo que ha ocurrido este año, fue mucho más tranquilo, sin lluvias ni amenazas de chaparrones o tormentas.
Mataperezosa es un blanco perfecto para el otoño por varias razones, como su vinificación con racimo entero, la fermentación en barrica o su crianza posterior sobre sus lías en esa misma barrica, que se alargó, en 2019, hasta 12 meses. Es un blanco corpulento, mineral, que tiene muchos aromas de frutas blancas y silvestres y huele también a limas y anís. Es largo en la boca, amplio, mullido, con recuerdos de flor y un final especiado, de hierbas aromáticas de monte.
Descorcharlo es trasladarse a esas tardes que se van acortando, a esa llegada del otoño en la que el viñedo se vuelve ocre y precioso, y va apeteciendo encender un ratito la chimenea.