En Fuentes del Silencio, nos caracterizamos por haber recuperado antiguos viñedos en El Valle del Jamuz, y son vides “de las de toda la vida” plantadas “en vaso”. De esta manera, las viñas crecen libremente, adquiriendo una forma redondeada y suelen ser más bajas, aunque también más longevas. Su mantenimiento exige más trabajo ya que, todo se realiza de manera manual, pero esto también son factores que le confieren personalidad y carácter al vino.

Son producciones más pequeñas, pero de uvas que expresan mejor y más intensamente el “terroir” y todo el entorno natural.

En ocasiones, quienes visitan nuestros viñedos, nos preguntan por qué no quitamos todas las plantas y hierbas que crecen alrededor de los vasos, solo lo “peinamos”, pero lo dejamos crecer. Es una práctica muy interesante y beneficiosa para el medio ambiente. Dejar crecer plantas salvajes cerca de otras plantas puede ayudar a crear un ecosistema más saludable y sostenible. Estas plantas salvajes pueden proporcionar una variedad de beneficios, como la mejora de la calidad del suelo, la promoción de la biodiversidad y la protección contra la erosión del suelo.

Al permitir que las plantas crezcan de forma natural, se puede crear un hábitat más equilibrado para la vida silvestre y las plantas en general. Además, al dejar crecer estas plantas, se evita el uso de herbicidas y otros productos químicos que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana. Las hierbas salvajes que crecen alrededor de las vides pueden ser beneficiosas para el cultivo de varias maneras. Atraen a insectos beneficiosos como abejas y mariquitas, que pueden ayudar a polinizar las vides y controlar las plagas. Además, las hierbas pueden proporcionar una cubierta vegetal protectora que puede ayudar a reducir la erosión del suelo y mejorar la retención de agua.

En el método de las vides en vaso, se cultivan en un sistema en el que se dejan crecer muy cerca de la tierra, lo que significa que cualquier cambio en el ecosistema alrededor de las plantas puede tener un impacto significativo en su crecimiento y producción. Por lo tanto, es importante mantener un pensamiento ecológico alrededor del cultivo de las vides y considerar cómo podemos apoyar la diversidad de la vida en el ecosistema circundante.

En general, un enfoque ecológico para el cultivo de vides en vaso puede ayudar a crear un ecosistema más saludable y sostenible alrededor del cultivo. Esto no solo puede mejorar la calidad y el sabor de las uvas, sino también promover la biodiversidad y proteger el medio ambiente.

Nuestro único vino blanco, es el Mataperezosa, un blanco excepcional que creamos utilizando las uvas de cepas de palomino y doña blanca.

Las viñas tienen una edad promedio de 90 años y crecen en suelos pobres en minerales como arena, cuarzo y pizarra. La región del páramo norte del Jamuz experimenta grandes contrastes de temperatura entre el día y la noche, ya que está expuesta a los rayos del sol pero también a las corrientes frías del Monte Teleno. Mataperezosa es un vino blanco ideal para la primavera debido a su proceso de elaboración, que incluye la vinificación con racimos enteros, la fermentación en barrica y la crianza posterior sobre lías en la misma barrica. Este vino tiene un cuerpo fuerte y mineral, con muchos aromas de frutas blancas y silvestres, y un aroma a limas y anís. Es largo y suave en la boca, con recuerdos florales y un final especiado de hierbas aromáticas de monte. Desenroscar la botella de Mataperezosa es transportarse a esas tardes de primavera que van alargándose, a la llegada de la temporada en la que el viñedo se llena de vida y color, y es un momento perfecto para disfrutarlo en una tarde de sol en el jardín o en la terraza.

Se trata de un vino elaborado a partir de las cepas centenarias de Palomino, Doña Blanca y Godello, que han sido recuperadas mediante técnicas de viticultura ecológica. La añada del 2020 fue especialmente difícil debido a la alta presión del hongo Plasmopara vitícola en algunas regiones, esta alerta nos hizo vigilar de cerca cada parcela para salir airosos en esta primera añada certificada en viticultura ecológica. En nuestro caso podemos decir que fue nuevamente el Monte Teleno quien, en su rol de aliado y protector de nuestros viñedos, desvió los frentes lluviosos procedentes del noroeste evitando que nuestros viñedos se contaminaran de Mildiu. El clima durante la primavera y el verano fue suave, lo que permitió una madurez lenta y equilibrada de los racimos, sin estrés hídrico. Los viñedos se encuentran en un terreno pobre, fundamentalmente limoso-arenoso, acompañado de conglomerados de cuarcitas y fragmentos de cuarzo y pizarra. Es la zona de mayor contraste térmico debido a la exposición a las frías corrientes de aire del Monte Teleno y la alta insolación. La vinificación se llevó a cabo con una vendimia manual en cajas de 15 Kg, selección manual en el viñedo, prensado de racimos enteros y fermentación en barricas de roble francés durante 12 meses con sus lías realizando battonage periódicos. El resultado es un vino con un color dorado brillante y aromas de frutas blancas, cítricos y anís, con un sabor untuoso y largo en boca que evoca notas de jazmín y frutos secos, al mismo tiempo que es salino y de gran complejidad.

¿Cómo surgió la idea de crear Biome Makers y enfocarse en el estudio biológico de los suelos?
Siempre quisimos poner nuestro granito de arena para apoyar la sostenibilidad global, especialmente en el sector de la agricultura, que es el que produce la comida que consumimos. La salud de los suelos es clave para mejorar la sostenibilidad agrícola y para mejorar la salud necesitamos conocer que ocurre con los microorganismos que habitan el suelo, también llamado el microbioma del suelo o la biología del suelo. Además, nos dimos cuenta de que los agricultores no tenían acceso a herramientas para poder tomar decisiones agrícolas basadas en datos y no basadas simplemente en suposiciones que les ayudaran a conocer que ocurre con la biología del suelo.

¿Cuál es la importancia de comprender el terroir en la industria vinícola y cómo contribuye Biome Makers en este sentido?
Conocer el terroir en la industria se ha convertido en algo clave para poder entender y mejorar la elaboración de vino. Además, el terroir influye el producto final, en todo el mundo se está poniendo de manifiesto la influencia del terroir en el vino. A día de hoy, casi todas las etiquetas de vinos hablan del terroir, casi más que de la variedad de la uva.

¿Cuál es el valor diferencial de Biome Makers en comparación con otros enfoques tradicionales para analizar el terroir?
Nosotros analizamos las actividades biológicas del suelo y definimos la identidad de un suelo a través de su vida, gracias a nuestra tecnología BeCrop. La biodiversidad y la funcionalidad de los microorganismos que habitan en el suelo son a la vez un biomarcador y biosensor único y debemos aprovecharlo, además desde una perspectiva de comunidad integrando su ecología al análisis. Con BeCrop obenemos datos sobre las características de estos microorganismos, conseguimos ofrecer un informe único mostrando tres dimensiones, la biodiversidad de microorganismos, los efectos en los ciclos de macro y micronutrientes y los riesgos de enfermedades. Cada dimensión que mostramos ayuda al agricultor y al agrónomo a tomar decisiones para mejorar la producción de sus cultivos y potenciar una diferenciación e identidad única.

¿Cuándo encontrasteis “el oro” en nuestras parcelas, qué sentiste?
Fue algo impresionante. Ser capaces de apoyar con nuestra tecnología a una empresa de la región como Fuentes del Silencio y descubrir un hallazgo tan único e interesante no tiene palabras para ser descrito. Lo cierto es que el descubrimiento singular, ya que nos llamó la atención un grupo de especies identificadas que no suelen aparecen en el perfil típico de un suelo de viñedos, así que nos pusimos a analizar en detalle. Encontramos varias publicaciones científicas que vinculaban dichas especies a la minería aurífera y teniendo en cuenta la historia romana de vuestra comarca con las Médulas tan cerca….. Pues por ahí vino el vínculo. ¡Tenéis el primer “Auroterroir” analizado!

¿Crees que la gente, a nivel enológico, es consciente de la importancia de analizar y entender su suelo?
El manejo del suelo es clave para la enología, ya que condiciona la calidad de la uva y la carga microbiana del mosto. Asimismo un buen manejo del suelo, preservando y aprovechando su vida ayuda a reforzar los valores de sostenibilidad, cuidado y respeto al medio ambiente, de una bodega.

Además, sabemos que el suelo es el reservorio de especies fermentativas que caracterizan la identidad única de los vinos. No obstante existen muchas variables que van a influir en el expresión efectiva de estos aromas que en ocasiones pueden ser no tan deseados o incluso llegar a causar problemas. La variedad de uva, el envejecimiento del vino y la fermentación son los factores clave que definirán el perfil aromático de un vino, y la fermentación es aquella que comienza en el suelo. En nuestros estudios iniciales hemos observado correlación del 80% entre las especies microbianas que aparecen en las etapas iniciales de la fermentación del mosto y la comunidad del suelo, es decir, se puede concluir que muchos microorganismos que fermentan el vino vienen del suelo.

¿Tienes algún vino favorito de Fuentes del Silencio? Si es así, cuéntanos cuál es y por qué te gusta especialmente.
Personalmente me gusta mucho Las Jaras, un vino fresco, alegre, intenso y con ese punto de acidez que te activa y que me lleva a la niñez cuando mi abuelo me daba a probar el vino en la taberna de la Plaza de Abastos de La Bañeza mientras lo escuchaba hablar con sus amigos del campo, la agricultura, de los animales, y de lo cara que se está poniendo la vida. Un recuerdo de hace años que se mantiene fresco. Desde luego el vino de entonces y Las Jaras no tiene nada que ver, pero ahí está presente la identidad de nuestra comarca.

Y por último, ¿podrías describirnos cómo sería para ti un momento ideal para disfrutar de una copa de Fuentes del Silencio?
Sin duda una comida con amigos o para una de esas tardes de charla activa en la que analizamos y buscamos soluciones para los problemas del mundo, en un entorno abierto, distendido y rodeado de árboles.



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