En el campo: el frío del invierno y sus efectos en el viñedo

Fuentes del Silencio es un viñedo de zona fría. Situado en el noroeste de España, tiene un clima continental, y aquí los inviernos son muy fríos y largos y los veranos, cortos y secos. Solamente hay tres meses en el año en los que no tenemos heladas: julio, agosto y septiembre.
La altitud a la que se encuentran nuestras parcelas, entre los 800 y 1000 metros, también es un factor que condiciona la frescura de nuestros vinos.
El Valle del Jamuz está coronado por el Monte Teleno, el cual intercepta las borrascas procedentes de Galicia y, a cambio, nos aporta muchas horas de luz al día (tenemos casi tanta luminosidad como Sevilla) y pocas precipitaciones. Parte del viñedo viejo se encuentra en el valle, cerca del río, una zona más expuesta a las heladas que las zonas altas que, curiosamente, están muy ventiladas, y es el viento el que protege a la viña de sufrir daños al circular el aire.

Las nieves de Filomena en Fuentes del Silencio

Filomena ha provocado temperaturas heladoras en la provincia de León y ha dejado nieves en el Teleno, aunque en el Valle, donde se encuentra nuestro viñedo, no ha nevado debido a la acción de barrera del monte que bloquea las borrascas.
Sin embargo, sí hemos tenido episodios de cambricia, nombre que por aquí se da a la cencellada.
La niebla que hemos sufrido en la región, unida a las bajas temperaturas, ha provocado esos episodios en los que las minúsculas gotas de agua que flotan en el aire se depositan en el viñedo en forma de hielo, provocando una singular imagen que podría parecerse mucho a un paisaje nevado. Esta situación tiene consecuencias en la viña, que aún está dormida por el invierno, y afortunadamente, lo que podría ser un riesgo para la planta (las viñas pueden morir a temperaturas entre los -13 y -15 grados) es beneficioso para mantenerla sana: la cambricia se ha depositado en las plantas, cuya savia no circula debido al invierno, y ha ejercido de antiséptico frente a insectos, que podían haber dejado sus larvas en la madera, y esporas de hongos perjudiciales para la vid.
Esto, unido a que la nieve acumulada en el Monte Teleno dará lugar a que el valle tenga este año mucha agua, nos augura una buena primavera en el viñedo.

Cepas Viejas 2015 y Fuentes del Silencio 2015, una oportunidad única para beber emociones

Son vinos que ya no existen, dos de nuestras primeras etiquetas, que ahora tenemos el placer de lanzar en una limitadísima edición. A veces, se presentan oportunidades únicas que no hay que dejar pasar.

Y esta es una de ellas, porque ponemos a la venta unas cuantas botellas de nuestros Cepas Viejas 2015 y Fuentes del Silencio 2015.

Son dos tintos que para nosotros representan nuestros orígenes, los comienzos en los que ya sabíamos que contábamos con algo grande, un tesoro escondido en el Valle del Jamuz.

Cepas Viejas 2015

Es un tinto de mencía, prieto picudo y alicante bouschet de viñedos centenarios del páramo norte del Jamuz.
Un territorio de suelos pobres que arroja vinos de mucho carácter y fuerza telúrica.
Se elaboró de forma artesanal en tinas de madera y se crio 12 meses en barricas grandes de roble francés. Expresivo, con fruta roja intensa, tostado y mineral. Potente, carnoso, untuoso, equilibrado, con notas de fruta y especias, largo.

Fuentes del Silencio 2015

Se elaboró con Mencía, prieto picudo y alicante bouschet procedentes de nuestros viñedos al sur del Valle del Jamuz.
Es un territorio fresco y orientado al norte, de suelos con mucha arcilla y exceso de hierro, que da como resultado vinos concentrados y rotundos, pero con mucha frescura.
Se elaboró en tinas y se crio en barricas de roble francés de 225 l. Intenso y complejo, balsámico, con notas de jara y monte, goloso, profundo; amable y fresco en la boca, con una fantástica acidez y un agradable equilibrio entre notas especiadas, cacao y frutos silvestres.

Entrevista Alberto Fernández Bombín, fundador de Vinalia Import y propietario de Taberna Asturianos, en Madrid

“Disfruto bebiendo Las Jaras, ofrece paisaje y carácter varietal por un precio muy ajustado”

Alberto, llevas toda una vida en la hostelería ¿Cómo se están viviendo estos momentos en el negocio familiar?

Son tiempos difíciles para todo el mundo, aunque es cierto que la hostelería es uno de los sectores más afectados. Afortunadamente llevamos muchos años abiertos, y el caudal de afecto acumulado ha hecho que nuestros clientes hayan seguido viniendo cuando las restricciones lo han hecho posible.

¿Qué comenta de todo esto Doña Julia, la matriarca de Asturianos?

Nos dice que hay que ser pacientes, que todo se solucionará tarde o temprano y que lo importante es no dejar de mirar al horizonte, que el sitio por donde sale el sol.

Asturianos es más que un negocio, es nuestra casa y nuestra forma de vida y estamos mentalizados de que la cuenta de resultados no es lo más importante, lo importante es la salud de la familia, de nuestros empleados y de nuestros clientes, y mientras tanto mantener el barco a flote hasta que amaine la tormenta y podamos volver a la normalidad.

Eres un apasionado del vino y un divulgador de la cultura gastronómica ¿Cómo llegaste a conocer el trabajo de Fuentes del Silencio?

Fue un soplo de dos personas a las que quiero y respeto profesionalmente, Juancho Asenjo y Montse Alonso. Si ellos me dicen que tengo que probar algo, corro a buscarlo.
¿Qué dirías que es lo más atractivo de la bodega?

Lo más atractivo es, además de la calidad objetiva de los vinos, el romanticismo con el que surge este proyecto, la recuperación de viñas centenarias y la vocación de hacer grandes vinos en un territorio alejado de la brújula de los prescriptores.

¿Está el cliente de Asturianos ahora igual de dispuesto a beber vino que antes de la pandemia? ¿Cómo ha cambiado la actitud de los clientes, si lo ha hecho?

Estamos en tiempos de incertidumbre, y creo que todos buscamos certezas. En este sentido creo que ahora nuestros clientes miran cada euro que gastan, siguen bebiendo vino, pero buscan vinos que valgan lo que cuestan. Los tiempos de beber vinos con precios disparatados se han terminado por un tiempo, y hacer alarde de poderío económico poniendo encima de la mesa botellas muy caras está mal visto.

¿Crees que en momentos así es clave el vínculo y la buena relación personal entre las bodegas y los distribuidores y sus clientes de hostelería?

El cariño es siempre la mejor inversión. Los restaurantes a los que vas a menudo y las botellas que siempre están entre tus favoritas dependen, por supuesto, de su calidad, pero la vinculación emocional entre el cliente y la bodega es más importante ahora que en cualquier otro momento, y esa vinculación se construye más que nunca a través a través de las relaciones personales.

¿Tienes algún vino favorito de Fuentes del Silencio? Si es así, cuéntanos cuál es y por qué te gusta especialmente.

Me gustan todos sus vinos, pero reconozco que disfruto especialmente con Las Jaras, ofrece paisaje y carácter varietal por un precio muy ajustado.

¿Qué le dirías de la bodega a alguien que no la conoce?

Le diría que hay una bodega maravillosa en un rincón de España muy poco conocido que elabora vinos que muestran el paisaje en la copa.
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